Mariano de la Banda, Don Quijote de las Ondas, radiofonista

Cuando un amigo, un padre, un maestro se marcha nos quedan sus enseñanzas, su ejemplo, todo lo que nos ha enseñado y por ese motivo permanece entre nosotros y las generaciones siguientes porque su doctorado entra en cada uno de nosotros hasta formar parte de un ADN que permanecerá a través de generaciones. No, Mariano de la Banda no se ha ido. Nos ha dejado su sabiduría y enseñanzas radiofónicas, musicales y literarias.
Radio Peninsular
Cuchi-Cuchi tenía tres años y Mariano desde radio Peninsular, RNE y posteriormente la SER nos fue enseñando a amar la música. Apasionado por la música popular y el rock vertía a través de su hija Belén las críticas de las novedades discográficas a comienzos de loa 60 convirtiéndose en un adelantado a su tiempo como Ángel Álvarez y Raúl Matas.
Etapa de El Gran Musical
Tomás Martín Blanco le pidió que se encargara del El Gran Musical los domingos por la mañana hasta que encontró su sucesor en Pepe Domingo Castaño porque el quería entregar su pasión radiofónica en el resto de campos de la realización. Se convirtió en el auténtico jefe de contenidos de la Ser de la mano de Tomás y cuando la cadena apostó por Iñaki en las mañanas de la radio el periodista donostiarra encontró en Mariano el mejor realizador posible porque De la Banda era un todo terreno de la radio, era TODO-RADIO.
Premio Popular de Pueblo
La literatura, el teatro y la lectura eran sus otras pasiones y las llevó a los escenarios y a las ondas convirtiéndose en un legendario Don Quijote radiofónico y cinematográfico, si, porque el cine también llamó a sus puertas y se entregó a ello con la misma pasión que ponía hasta en buscar en sus ancestros y árbol genealógico que le llevó hasta conocer a sus antepasados del siglo XVII en Ocaña.
Realizador de Hoy Por Hoy
Cuando empecé este dichosa aventura del blog recordando mis apasionados y apasionantes años de radio Mariano se convirtió en una fuente desinteresada e inagotable de información, documentación y asesoramiento. A él le debo gran parte de lo que he ido contando a través de sus correos, escritos y llemadas telefónicas. En los últimos tiempos ya nos veíamos poco porque su maldita espalda le tenía postrado, y cuando no era eso se trataba de las dificultades respiratorias, pero siempre encontraba un momento para escribirme y contarme algunos de sus recuerdos, “escarfucios o palabros”·

Estaba orgulloso de lo que la radio le había dado y se reía socarronamente cuando en alguna ocasión le llamaba Don Quijote de la Ondas porque siempre actuó así, desinteresadamente, amigo de sus amigos, maestro sin querer parecerlo y padre de varias generaciones de radiofonistas, término que le encantaba utilizar para describir nuestro oficio, y siempre entregado al medio que sirvió de cauce para trasladarnos su conocimiento, sabiduria e inteligencia. Hoy la radio se ha quedado sin su profunda y grave voz, pero Mariano, su pasión por Aranjuez, Ocaña, y la radio permanecen eternamente entre nosotros porque desde hoy Don Quijote de las Ondas, el radiofonista, ya es inmortal.

Algunos enlaces para conocer mejor a Mariano de la Banda

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